Ajustar la potencia eléctrica a las necesidades para evitar contratar kW de más va a suponer un ahorro en la factura de la electricidad
La potencia es el máximo de electricidad que se puede consumir de forma simultánea en una vivienda, es decir, la capacidad de conectar varios aparatos a la vez. Depende de dos factores: del tipo y cantidad de aparatos eléctricos que haya en la vivienda y de la potencia que necesiten estos aparatos.
El boletín eléctrico indica la potencia eléctrica máxima, así como si se trata de una instalación monofásica (la más habitual a nivel doméstico) o trifásica. La potencia máxima es el límite que no se puede superar dado que la instalación eléctrica no lo soportaría y saltaría el interruptor de control de potencia. Según el consumo que se haga y los aparatos que se utilicen, sin embargo, se puede reducir la potencia contratada si resulta excesiva.
Hay que saber que cada kW de potencia cuesta, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, 45,23 € al año y que la potencia que se contrate es decisión del cliente, según sus necesidades.